Ante las indagaciones de la prensa, César Acuña defendió su compra argumentando que luego de años de trabajo, se merecía darse un "gustito".
Aseguró que el vehículo no fue adquirido con fondos públicos ni producto de actividades ilícitas, sino con recursos propios generados por su trabajo.
La camioneta Bentley, un modelo Bentayga de color gris granito, destaca por su elegancia y acabados de alta gama tanto en su interior como en su exterior.
Según registros de la Sunarp, el vehículo fue adquirido en Lima, agregando más interrogantes sobre la transparencia en las finanzas de Acuña.