El expresidente de la República, Alan García Pérez, quien falleció este miércoles tras haberse disparado en la cabeza al interior de su vivienda, no solo deja un recuerdo entre sus simpatizantes y en las obras ejecutadas durante sus dos gestiones, sino también una carrera política de más de 40 años.
Corría el año 1978 cuando García incursionó en la política a pedido de su mentor y fundador del partido aprista, Víctor Raúl Haya de la Torre. Él terminaría postulando a la Asamblea Constituyente convocada por Francisco Morales Bermúdez, convirtiéndose así en el congresista más joven.
Entre 1980 y 1985, fue diputado y desde aquel entonces sus conocidos dotes para la oratoria ya se hacían presentes.
Para 1985, García Pérez, ganaría en primera vuelta las elecciones presidenciales, pero no sería hasta una segunda vuelta que sería reconocido como el virtual ganador.
Durante su primera gestión, el país experimentó la más grave crisis económica de su historia, alcanzando una hiperinflación de más del 2000%, la más alta de la historia de América Latina hasta ese entonces.
Luego del autogolpe de Alberto Fujimori en 1992 y en medio de acusaciones de corrupción, el líder aprista consiguió fugar del país con ayuda de Juan Carlos Hurtado Miller, en ese momento ex primer ministro fujimorista, quien lo escondió en su casa y lo ayudó a llegar a la residencia del embajador de Colombia, donde consiguió asilo político por parte del país vecino. Gracias a un salvoconducto el ex jefe de Estado partió a territorio colombiano y posteriormente a la capital francesa, París.
En el 2001, tras la caída de Fujimori, Alan García, regresó al Perú para intentar llegar a la Casa de Pizarro, pero no sería hasta el 2006 que lograría ocupar nuevamente el sillón presidencial gracias a un electorado temeroso de un candidato que supuestamente encarnaría al radicalismo chavista, Ollanta Humala.
Durante este segundo periodo la pobreza se redujo, alcanzaron históricos índices de crecimiento económico, firmaron importantes tratados de libre comercio con otros países y se lograron avances en alfabetización.
Sin embargo, su gestión no estuvo libre de escándalos como ‘El Baguazo’, los petroaudios, los narcoindultos y una serie de cuestionamientos de corrupción por varias obras que ejecutó.