El año pasado Alfredo Thorne, exministro de Economía y Finanzas, se vio inmerso en una conversación donde habría ofrecido un mayor presupuesto a la institución que representaba el excontralor Edgar Alarcón, días previos a la presentación de un informe de control sobre el caso del aeropuerto de Chinchero, en Cusco.
Por tal razón, Pedro Chávarry, fiscal de la Nación, abrió una investigación preliminar al extitular del MEF por cohecho activo genérico. Esta situación generó diversos comentarios, especialmente de la congresista Mercedes Aráoz.
“El presidente de la República es un actor político, el fiscal de la Nación no lo es. Él tiene que cumplir con su misión. ¿Queremos un fiscal de la Nación o queremos otro político? Si quiere ser político que participe en las contiendas electorales y entre al Congreso (…). ¿Pero hacer este juego de venganzas? Él amenaza y comienza a sacar a las pocas horas una acusación contra el señor Giuffra, días después saca la acusación contra Thorne. ¿Qué hay detrás?” ,expresó.
Tras las declaraciones vertidas, la parlamentaria Karina Beteta, “lamentó las expresiones” de Mercedes Aráoz. “Lo mismo decía cuando defendía al expresidente Kuczynski. Ahora también protege a presuntos exministros que estarían vinculados a actos de corrupción”, manifestó.
Finalmente Mauricio Mulder, también se pronunció sobre el caso y no lo consideró una venganza, sino un hecho que tenía que ocurrir tarde o temprano.