Gamarra es probablemente el emporio comercial más grande del Perú, aquí cientos de empresarios han empezado literalmente de cero y a punta de esfuerzo han logrado formalizarse y crecer hasta llegar a ser, en algunos casos, exportadores.
Una de las cosas más complicadas para estos comerciantes que quieren trabajar de acuerdo a ley ha sido ajustarse a lo que exige la Sunat.
Las cosas se complicaron durante la gestión Tania Quispe Mansilla, prima de Nadine Heredia, cuando fue jefa de la Sunat, quién impulsó la ley 29816, ley de fortalecimiento de la Sunat, que fue aprobada por el Congreso en diciembre del 2011.
En teoría, esta ley tenía como fin ampliar la base tributaria y la recaudación fiscal, y se establecieron incentivos a los agentes fiscalizadores para que accedieran a bonos de productividad a cambio de mayor recaudación de impuestos. Pero ¿qué pasa cuando estos fiscalizadores comienzan a actuar de maneras caprichosas como si ganaran algo multando o quebrando empresas? Esta es la pesadilla que les ha tocado vivir a muchos emprendedores de Gamarra.
Todo esto ha generado que solo entre enero del 2014 hasta ahora, haya 17 477 expedientes de queja. Desde que se implementó el reglamento de los bonos para los fiscalizadores que pongan más multas, ya hay 27 procesos de empresas que están exigiendo a la Sunat una indemnización que es muy probable que ganen, al final esa ley de fortalecimiento nos saldría muy cara a todos los peruanos.