Lo que debía ser un acto de sanación terminó en tragedia. Un curandero identificado como Beimar Guevara y su paciente, Yimi Neyra, murieron ahogados durante un ritual de florecimiento en la conocida Laguna Negra, ubicada en la provincia de Huancabamba, en la región Piura. El suceso ha conmocionado a los habitantes de la zona, donde este tipo de ceremonias espirituales son parte de una arraigada tradición cultural.
RITUAL TERMINÓ EN TRAGEDIA
De acuerdo con los testigos, el joven Neyra se sumergió como parte del rito y comenzó a ahogarse. El curandero Guevara intentó auxiliarlo, pero también fue arrastrado por las aguas. Ninguno de los dos logró salir con vida. Minutos después, pobladores del lugar, ante la ausencia de personal policial, recuperaron los cuerpos y los trasladaron al centro poblado más cercano junto a los familiares de los fallecidos.
La Laguna Negra es conocida en el norte del Perú por sus supuestas propiedades curativas y por ser escenario habitual de rituales de florecimiento y renovación espiritual. Sin embargo, este incidente ha puesto en evidencia los riesgos que implican estas prácticas cuando no se cuenta con medidas de seguridad adecuadas.
PIDEN REGULACIÓN EN CEREMONIAS ESPIRITUALES
La comunidad de Huancabamba ha expresado su preocupación por la falta de presencia de autoridades durante este tipo de rituales. Muchos consideran urgente establecer protocolos de seguridad, señalización y asistencia médica ante emergencias, especialmente en espacios naturales que suelen atraer tanto a creyentes como a turistas.
Este trágico suceso ha reavivado el debate sobre la regulación de ceremonias espirituales en entornos naturales y sobre la responsabilidad compartida entre practicantes, participantes y autoridades para evitar que una práctica ancestral termine en una pérdida irreparable.
