24 Horas Edición Central

01/05/2025

Cajamarca: Delincuentes envían carta extorsiva a centro de salud y señalan que si no pagan serán 'fusilados'

El personal del centro de salud La Tulpuna vive atemorizado tras recibir una carta extorsiva que amenaza con “fusilarlos” si no cumplen con las demandas de los delincuentes.




El personal del centro de salud La Tulpuna, en Cajamarca, vive bajo una sombra de temor tras recibir una carta extorsiva pegada en la puerta de ingreso durante la noche. La misiva, descubierta por el guardia de seguridad, contiene amenazas de una banda criminal que exige pagos a cambio de no "fusilar" a los trabajadores. La doctora Jessica Nimboma, directora del centro, presentó una denuncia formal ante las autoridades, pero la preocupación persiste entre el personal médico, que teme por su seguridad mientras continúa atendiendo a decenas de pacientes diariamente.

Extorsión sin límites: Ahora en la mira de los centros de salud

Las extorsiones, un delito que ha golpeado a transportistas y comerciantes en todo el Perú, ahora se extienden al sector salud, demostrando la audacia de las bandas criminales. En La Tulpuna, los trabajadores expresan su angustia ante la posibilidad de que los delincuentes cumplan sus amenazas, en un contexto donde salvar vidas podría convertirse en un riesgo mortal. La comunidad ha solicitado el apoyo de las Rondas Campesinas de Cajamarca para reforzar la seguridad, mientras la Policía Nacional del Perú (PNP) investiga el caso. Este incidente refleja la creciente ola de violencia que afecta incluso a instituciones dedicadas al bienestar público.

El mensaje extorsivo, dejado en horas de la noche, no solo busca intimidar al personal, sino también desestabilizar el funcionamiento de un centro clave para la atención médica en la región. La doctora Nimboma destacó que, pese al miedo, el personal sigue cumpliendo con su labor, atendiendo a pacientes en condiciones de alta vulnerabilidad. Sin embargo, la incertidumbre sobre posibles represalias ha generado un clima de tensión. Las autoridades locales han prometido incrementar la presencia policial en la zona, pero los trabajadores claman por medidas concretas que garanticen su protección.

La situación en La Tulpuna pone en evidencia la diversificación de los blancos de las bandas extorsivas, que ya no se limitan a sectores tradicionales como el transporte o el comercio. En Cajamarca, la colaboración con las Rondas Campesinas podría ser un recurso clave, pero la ciudadanía exige al Estado una estrategia integral para frenar esta escalada de violencia. Mientras las investigaciones avanzan, el personal de salud de La Tulpuna enfrenta un dilema: continuar su labor humanitaria bajo amenaza o ceder al miedo que los extorsionadores buscan imponer.


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