La minería ilegal y las organizaciones criminales siguen dejando huella de violencia en la región de La Libertad, tras el atentado que dinamitaron una torre de alta tensión en la planta Santa María de la Minera Poderosa en la provincia de Pataz. Tres cargas de dinamita causaron la destrucción de la estructura, cuyos restos quedaron esparcidos en el suelo. Este incidente, que se suma a otros 14 similares en los últimos cuatro años, demuestra la escalada de violencia que enfrenta la industria minera formal en la zona.
Según la empresa afectada, el atentado fue perpetrado por mineros ilegales que operan en connivencia con bandas criminales. La minera denunció que estos actos de sabotaje no solo afectan su infraestructura, sino que han generado víctimas humanas, pues 18 de sus trabajadores han muerto en incidentes violentos relacionados con la minería ilegal. Además, los atacantes aprovecharon el caos provocado por las detonaciones para tomar control de una mina ilegal y secuestrar a 17 trabajadores, lo que desató un enfrentamiento en el que se produjo un derrumbe en una bocamina, dejando atrapadas a varias personas.
El alcalde de Pataz, Aldo Carlos Mariños, destacó la importancia de utilizar inteligencia policial para identificar a los responsables de estos ataques y hacer frente a las bandas criminales que operan en la región. Mientras tanto, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzen, afirmó que el gobierno comenzará en los próximos meses la construcción de un frente policial en Pataz, una promesa que ha sido retrasada por varios factores, pero que busca combatir la creciente violencia en la zona minera.
PROPONEN IMPULSAR LEY MAPE
En paralelo, el congresista por La Libertad, Diego Bazán, instó al Ejecutivo a impulsar la Ley MAPE, que busca regular la minería artesanal y la pequeña minería, una de las causas subyacentes de la violencia en la región. Esta iniciativa pretende crear un marco legal que permita controlar y regular las actividades mineras informales y, de esta forma, reducir la minería ilegal, que alimenta el crimen organizado y la violencia en Pataz.
