La violencia se desbordó en la ciudad de Puno, luego de que un grupo de vándalos aprovechó la poca presencia policial para incendiar la sede del Ministerio Público de Llave, ubicado en la provincia de El Collao.
Además prendieron fuego a una farmacia y hasta entidades bancarias. La turba incendió la comisaría de Llave, y la comisaria de Zepita en la provincia de Chucuito.
A la hora del ataque no había agentes de la Policía Nacional al interior de las dependencias policiales.
VIOLENCIA DESBORDADA
En simultáneo otro grupo de vándalos, incendió el local del Centro Binacional de Atención en Frontera del distrito de Desaguadero, el local no contaba con personal de seguridad y esto facilitó el accionar violento de estas personas.
El puesto de control de Aduanas de Ojherani, que estaba abandonado desde que iniciaron las protestas, también ardió en llamas.
Según las autoridades, el ataque a las entidades públicas y privadas habría ocurrido en respuesta a los heridos y la muerte de un poblador durante los enfrentamientos con la Policía Nacional.
VÍCTIMA MORTAL
La víctima mortal, Isidro Arcata Mamani de 62 años de edad, fue herido por una bala que le destrozó el fémur izquierdo. El paciente dejó de existir camino al Hospital Manuel Nuñez Butrón, por hemorragia interna.
Horas después durante un operativo la Policía Nacional en Llave, intervino a tres sujetos, que portaban bombas molotov, gasolina, avellanas y más de 20 pirotécnicos de tres tiros.
Según fuentes policiales, Wilfredo Maquera Coaquira, Wilfredo Lope Lope y Edinson Huarecallo Santos, serían los responsables de los últimos ataques cargados de violencia y destrucción.
Se dio a conocer que debido a esta ola de descontrol, no hay atención en los mercados y centros comerciales, tampoco hay servicio de transportes público.