Esaú Acevedo de 74 años, falleció carbonizado en la cama donde descansaba y luchaba contra el COVID-19. Estaba conectado a un balón de oxígeno cuando un corto circuito ocasionó que el balón reventara y desatara un siniestro que le quitó la vida.
Fue su hija quien dio aviso a su madre que a pesar que trato de salvarlo, poco pudo hacer ante las inmensas llamas de fuego. El hecho ocurrió en el distrito de Sapallanga, en Huancayo.
DEJA A MENORES EN ORFANDAD
Hasta el lugar de la tragedia llegó la Policía para realizar, por orden del fiscal, el levantamiento del cadáver. Los vecinos ayudaron a la familia afectada, sin embargo, solicitaron apoyo urgente de sus autoridades debido a que la víctima deja cuatro hijos en la orfandad.