Ayacucho es, probablemente, la capital de la Semana Santa en Perú. Su fervor y religiosidad son conocidos en el país y cada abril muestra porque se ha convertido en el centro de las celebraciones por esta época.
Luego de dos años de cese, debido a la pandemia del coronavirus, la población volvió reencontrarse con Jesús Nazareno "Patrón de Huamanga" en una de las procesiones más significativas de la Semana Santa ayacuchana. La procesión del Señor de la Resurrección envuelto en más de 3 mil velas y cirios, 15 mil de adornos de flores y maíz y cargado por más de 500 hombres, recorrió también el centro de la ciudad.
La representación de la pasión y muerte de Cristo, en una versión que mezcla la tradición católica con unos matices andinos, propios de Ayacucho y de la zona sur del país. Estos son solo algunos ejemplos de las actividades que se realizan durante Semana Santa en esta ciudad, pero la gran cantidad de visitantes obligó a los bomberos acudir con unidades bomberiles para refrescar a los cientos de creyentes.
DESORDEN Y CAOS
En medio de las celebraciones y homenajes, algunos hechos fuera de lo común llamaron la atención. Es el caso de dos mujeres que se quitaron sus prendas mientras eran cargadas por dos jóvenes, en total estado de ebriedad.
Las calles, al terminar las procesiones, quedaron llenas de basura. El monseñor Salvador Piñeiro no dejó pasar estos hechos y dijo: “venía a la catedral para la primera misa, que pena ver la plaza sucia y tantos alcoholizados”, manifestó a la población, finalmente, dijo que el próximo año solo recibirán a peregrinos que vengan a rezar y a cuidar de la ciudad.