Al interior del país continúan las fiestas clandestinas, pese a las restricciones por la pandemia de la COVID-19. En Cañete, en un intervención en un local de Cerro Azul, hombres, mujeres y hasta un policía de civil celebraban en pleno toque de queda.
En tanto, en Piura más de 150 participantes de una fiesta fueron intervenidos por agentes del serenazgo y la policía en una vivienda de la Urb. Los Jazmines.
Ante la falta de personal, la mayoría huyó, varios de ellos llevándose las cajas y botellas de licor. El resto fue trasladado a la dependencia policial.