El temor y la desesperación se apoderó de muchos ciudadanos durante el último sismo. Algunos intentaban mantener la calma, pero al aumentar la intensidad, decidían correr. Otros salían en familia a la calle, desorientados, mientras que las cámaras de videovigilancia registraban detalle a detalle las incidencias.
En una calle que luce desolada, la cámara de videovigilancia instalada en un poste, nota cómo la fuerza del movimiento hace que la imagen se desestabiliza y se observa cómo los vecinos empiezan a salir corriendo de sus casas, la intensidad del sismo incrementa y son cada vez más personas en la calle.
Otro televidente nos envío imágenes de cómo evacúa con todos los integrantes de su numerosa familia, por las escaleras primero bajan dos mujeres, luego la mascota, le siguen papá, mamá con un bebé en brazos, pero sigue saliendo más familia.
En San Juan de Miraflores se ve cómo una adulta mayor, acompañada de una mujer y tres niñas, parecen regresar a casa, tranquilas, de pronto inicia el sismo y todas sólo atinan a abrazarse y en segundos ya todos los vecinos empiezan a salir de sus viviendas.
Otro televidente nos comparte imágenes de cómo vivieron el sismo sus mascotas, los dos gatos, segundos antes están ya algo inquietos hasta que con el remezón, salieron corriendo, desesperados, en diferentes direcciones, sólo uno regresa a escena, mientras que la tierra sigue temblando.
Momentos de desesperación que quedarán grabados en nuestras memorias pero que deben servirnos como oportunidad de reflexión para prepararnos ante situaciones peores que podrían registrarse en cualquier momento y sorprendernos en cualquier lugar.
