12 mil voluntarios peruanos pusieron el hombro y arriesgaron su salud para colaborar con el ensayo clínico que haría posible una vacuna para finalmente ponerle fin al virus del Covid-19 que ha golpeado tan duramente al mundo entero, pero tras el escándalo del vacunagate, hoy ellos temen que no se cumpla con el compromiso de inocularlos antes que al resto de la población.
Entre los voluntarios se siente una indignación generalizada ante la falta de coordinación y transparencia. Ellos exigen que lo antes posible y se establezca un cronograma claro de vacunación.
De los 12.000 solo 8.000 recibieron la vacuna, los otros 4.000 forman parte del grupo de control y a ellos se les colocó un placebo, pero en el consentimiento informado se les prometió que una vez aprobada la vacuna, inmediatamente los que formaron parte del grupo de control serían vacunados.
Germán Málaga, investigador principal de los ensayos clínicos de Sinopharm en el Peru, aseguró durante una entrevista que de los 4.000 voluntarios que recibieron placebo, 123 que forman parte de la primera línea de batalla, ya habrían sido inoculados, y que se continuaría con el resto muy pronto.