La grave situación sanitaria del país no afecta a toda la población peruana, pues ciudadanos en varias provincias prefieren seguir su vida normal sin acatar los protocolos de salud.
En Piura, la policía detuvo al alcalde delegado del caserío Villa Vicus, en la provincia de Chulucanas. La autoridad se resistió a la intervención cuando estaba bebiendo en una cantina durante el toque de queda. Mientras en otro punto de la ciudad, varias personas acompañaron un sepelio sin tomar las medidas sanitarias, incluso no llevaban mascarillas.
En Chimbote, 12 personas que participaban en una fiesta clandestina fueron intervenidas por la policía en una vivienda ubicada en el asentamiento humano Villa España. El excesivo volumen ocasionó que los vecinos denuncien el hecho a la comisaría. La misma situación ocurrió en Chiclayo, donde 8 mujeres y 10 hombres fueron detenidos en un centro nocturno.