En Italia, la diócesis de Roma ha decidido cerrar todas sus iglesias y los fieles han quedado exentos de asistir a la tradicional misas. Es la última medida que se toma en esta nación para tratar de detener la propagación del coronavirus COVID-19 que afecta ya a más de 15.000 personas en todo el país y que ha dejado ya más de un millar de víctimas mortales.
La primera decisión del Vaticano fue la de cerrar la Plaza de San Pedro, en cuyo interior se encuentra la Basílica de San Pedro, así como los Museos Vaticanos, que son visitados por miles de turistas cada día.
Desde el Vaticano, el cardenal Angelo De Donatis ha explicado que las 900 iglesias de Roma permanecerán cerradas, al menos, hasta el próximo 3 de abril, día en el que termina oficialmente la cuarentena impuesta a nivel nacional.
También se cancelaron bodas, funerales y el tradicional ángelus de los domingos para que no se dieran cita miles de personas ante los balcones de la santa sede.
Cabe señalar que este cierre no tiene precedentes ya que algunas iglesias permanecieron abiertas incluso durante la Segunda Guerra Mundial.