En 1994, la Unesco declaró a las líneas y geoglífos de Nazca patrimonio de la humanidad. Esto fue posible gracias a la alemana María Reiche, que dedicó 60 años de su vida a estudiar los misteriosos geoglífos trazados por la cultura Nazca, aún no sabemos cómo ni con qué propósito.
María Reiche barría metro a metro las líneas, sin embargo, los esfuerzos de la dama de Nazca, como se le conocía, no han sido replicados por las autoridades. El pasado 8 de junio se cumplieron 21 años de la muerte de ella; 21 años también, lamentablemente, de abandono e indiferencia en este patrimonio.
A los daños irreparables al patrimonio causados por el huaqueo, la minería informal y las invasiones le siguieron el paso del Dakar en el 2013, la intervención ilegal de la ONG Greenpeace en el 2014 y el desvío de un camión en el 2018 que perjudicó tres geoglifos.
Nazca recibe más de medio millón de turistas al año. Es, sin duda, un destino soñado por millones alrededor del mundo, no obstante, todos ellos deben ver el total abandono con el que esta maravilla del Perú es tratada por la indiferencia del Gobierno y el paso del tiempo.
