En Juliaca, agente de serenazgo recibieron una llamada anónima indicando que dentro de un local había menores bebiendo alcohol, sin embargo, grande fue su sorpresa al encontrar a tres policías sentados alrededor de una mesa donde había dos botellas de cerveza.
Al ver que los serenos ingresaron, dos de los policías salieron corriendo a esconderse en el baño del local y el único que dio la cara fue un suboficial de apellido Iquise, que índico que solo estaba en este lugar conversando.
Al lugar llego otro efectivo para trasladar a su compañero a la comisaria del sector para que rinda su manifestación sobre este hecho y pasar el examen de dosaje etílico.