Si bien esta es una festividad para las personas que sufrieron por una infidelidad existen otras que se han unido para aconsejar a los demás y ayudarlos a superar el mal rato. Los que acuden por primera vez tienen que pasar por el singular ritual, el cual consiste en bañarlos en una tina llena de pintura roja, para luego ponerle sus respectivos cachos.
Sin embargo, no siempre fue alegría para estas personas, quienes confesaron que en su momento la pasaron muy mal. Ahora lo que debía ser motivo de sufrimiento, ellos lo toman como diversión.
Con gorros de cuernos, bañados en pintura y sobre todo con mucha algarabía, un grupo de pobladores de Pucallpa celebra cada año el haber dejado a sus parejas producto de una infidelidad. Decenas de hombres y mujeres de esta ciudad organizan la festividad para asumir y tomar con gracia su situación sentimental, pese a la burla de muchos vecinos.
Según el presidente del “Sindicato de Cornudos del Perú”, Segundo Ríos, usar los cuernos y burlarse de sí mismo, forma parte de una terapia para poder superar el difícil momento que les tocó vivir.