Cansados, con hambre y sed, decenas de venezolanos llegaron a Tumbes y se refugiaron en la parroquia de la Catedral en busca de alojamiento y comida. Los ciudadanos extranjeros huyeron de Ecuador ante ola de xenofobia.
Pero no solo fueron insultados y discriminados, sino además denunciaron que fueron agredidos y hasta asaltados en tierras ecuatorianas. Algunos aseguran que tuvieron que cruzar por Ecuador a escondidas por trochas y montes.
Mientras que otros después de varios meses de permanecer en ese país, simplemente fueron expulsados por sus vecinos en medio de insultos y agresiones.
En Tumbes los emigrantes fueron empadronados por personal de la agencia de la ONU para los Refugiados para que reciban la ayuda necesaria.