Si en la capital el álbum al igual que los sobres de figuras se agotaron en contadas horas, al interior del país el panorama no podría ser distinto. Cientos de hinchas peruanos llegaron con sus números apuntados en pequeños papeles y otros en sus celulares.
La gran mayoría acude a puestos improvisados en cada provincia para completar este álbum que pasará a la historia. Por supuesto, el intercambio de figuritas tampoco pudo faltar en esta particular jornada de fiebre mundislista.
Como no podía ser de otra forma, aquí el el costo se eleva dependiendo del personaje, o si la figura es cromada, una leyenda o las normales, pero esto no es impedimento los jóvenes, padres de familia y coleccionistas pagan lo que sea con tal de llenar lo más pronto posible su Panini.
Nadie imaginaba la gran acogida que tendría la venta del álbum, sobre todo el de Panini, considerado por la propia empresa como un hecho sin precedentes.
