En Huancavelica, los escolares y madres de familia y docentes de las comunidades de Chincho y Pillco, a diario arriesgan sus vidas al cruzar el caudaloso río Mantaro, para poder llegar a sus colegios. Los moradores de este lugar han tenido que acondicionar con sus propios medios un precario e inseguro sistema de cuerdas y cabina, conocido como Oroya o Huaro, para poder cruzar el afluente.
El río es el límite entre las regiones de Huancavelica y Ayacucho. Los pobladores han solicitado a las autoridades la colocación de un puente colgante.
Lamentablemente el puente que había se derrumbó días atrás y ese era el único medio por el cual los habitantes podían cruzar el caudal.