Un sacerdote llamado Fausto Glicerio Dávila Ramos, fue acusado por una joven de realizarle tocamientos indebidos cuando retornaba de Lima a Trujillo a bordo de un bus interprovincial. La muchacha lo grabó y en las imágenes se ve como el hombre le pide que no lo denunciara por lo ocurrido.
La joven identificada como Natalia Otoya, fue cambiada de asiento en pleno viaje y al llegar al terminal terrestre, el sacerdote trato de excusarse. La afectada presentó la denuncia en la comisaría El Alambre, donde tuvo que pasar otro incómodo momento.
Antes de retirarse, le pidió a las autoridades que apliquen todo el peso de la ley contra el sacerdote de quien se sabe, oficiaría misas en la catedral de Trujillo.