Agentes de la Marina de Guerra del Perú y fiscalizadores ambientales destruyeron una serie de campamentos que eran de propiedad de mineros ilegales que operaban en las zonas cercanas a la reserva nacional de Tambopata.
Las autoridades acabaron con dragas, motores extractores y tuberías que encontraron en su camino. En el lugar también se hallaron más de mil 800 galones de petróleo.
Durante el operativo de interdicción no hubo ninguna persona detenida, ya que al ver a las patrullas aproximarse huyeron por la espesura de la selva. Un sobre vuelo dejó ver cómo estas personas venían depredando los bosques.
