El asesino de Steffany Flores, Joran van der Sloot, se confesó culpable del crimen de la joven, y podría evadir la cadena perpetua, e incluso salir de prisión en menos de treinta años por los beneficios penitenciarios de la legislación peruana.
Ante este hecho la parte agraviada advirtió que este psicópata podría reincidir en su "ola de muertes" al dejar el penal de Lurigancho.