El acceso a Machu Picchu volvió a convertirse en un calvario para cientos de visitantes tras los enfrentamientos entre policías y manifestantes en distintos puntos de la vía férrea que conduce a la ciudadela inca. El saldo: personas heridas, pasajeros varados y estaciones colapsadas.
La protesta de los pobladores contra la continuidad de la empresa de transporte Concettur en la carretera Hiram Bingham, sumada a la falta de coordinación de las autoridades, golpea directamente la imagen internacional del principal atractivo turístico del país.
TURISTAS AFECTADOS
Los más afectados son los turistas. “Lamentablemente, me fui con una decepción grandísima. Mi sueño era conocer Machu Picchu y nuevamente no lo conseguí”, lamentó una visitante brasileña. Desde España, otros viajeros cuestionaron la ausencia del Gobierno y de la compañía de autobuses, señalando la “mala imagen” que deja esta crisis.
El drama alcanzó incluso a una madre guatemalteca, quien relató con frustración que tuvo que volver a Lima sin poder cumplir el sueño de su hijo: conocer Machu Picchu en el día de su cumpleaños. Otros turistas optaron por rutas alternativas como la hidroeléctrica, que demanda caminatas de hasta cuatro horas para llegar a Aguas Calientes.
Sergio Rivas, vocero de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines (AHORA), advirtió que la situación está poniendo en riesgo al turismo peruano. En paralelo, la Defensoría del Pueblo informó que, tras un acuerdo con comuneros de San Antonio de Torontoy, se permitirá el paso de trenes hasta este miércoles a las 8 de la mañana.