Las puertas del Monasterio San José y Santa Teresa de Jesús, ubicado en Manchay, Pachacámac, han sido cerradas definitivamente. Las hermanas Carmelitas Descalzas que residían en el lugar abandonaron el país y se trasladaron a Castellón, España, luego de años enfrentando inseguridad, extorsiones y amenazas por disputas territoriales en los alrededores del templo.
El monasterio fue inaugurado con devoción en 2012, pero con el tiempo la tranquilidad que lo caracterizaba se vio opacada por la criminalidad. "Manchay se ha vuelto un lugar peligroso. A veces no podemos ni salir con nuestros hijos por miedo a balas perdidas", relató una vecina. A esto se suma una disputa legal por un terreno colindante al monasterio, donde incluso hubo intentos de invasión y amenazas directas hacia las religiosas.
Según el padre Santiago Caballero, responsable del monasterio, las monjas venían de un entorno rural y se sintieron vulnerables frente al contexto de violencia urbana. “Ellas deseaban simplemente vivir en paz, pero el clima de tensión las llevó a pedir permiso a Roma para trasladar el monasterio a España”, explicó. El terreno vecino, que originó gran parte del conflicto, permanece cercado por un muro y lleno de desmonte.
INSEGURIDAD CIUDADANA
La Diócesis de España confirmó que las religiosas ya se encuentran a salvo y en buenas condiciones. El cierre del monasterio no solo representa una pérdida para la comunidad católica de Manchay, sino también un reflejo de cómo la inseguridad sigue afectando incluso a los espacios destinados a la fe y la contemplación.