Las playas del sur de Lima vivieron momentos de expectativa y tensión tras la alerta de tsunami emitida por las autoridades luego del terremoto de magnitud 8.8 en Rusia. En Punta Negra, pese a que el mar se mostró en calma durante buena parte de la mañana, cerca de la 1:18 p.m. comenzaron a registrarse imponentes olas que marcaron la llegada del esperado tren de agua. Algunos pescadores se refugiaron entre las peñas, mientras otros, imprudentemente, seguían en el mar, desafiando las advertencias de serenos y autoridades locales.
En Punta Hermosa, el panorama fue más controlado. Vecinos de la zona alta reportaron que el mar se había retirado al menos dos metros, mientras otros señalaban la presencia de bandadas de delfines, lo que interpretaron como señal de que el fenómeno aún no se acercaba. Sin embargo, un helicóptero de la Policía Nacional sobrevoló el área costera para alertar a los pescadores que aún se encontraban en el mar, pese a los reiterados llamados de retiro emitidos por Defensa Civil.
En Lurín, minutos antes de la llegada del tren de olas, el personal de serenazgo ya había cerrado los accesos a la playa San Pedro, donde se registraron anomalías en el comportamiento del mar. Las autoridades locales activaron rutas de evacuación para los asentamientos humanos Brisas de San Pedro y San Pedro II, ante el posible impacto del oleaje. “El mar se ha retirado unos tres metros desde el sismo, estamos en alerta total”, indicó un funcionario municipal.
PESCADORES REGRESARON AL MUELLE
Más al sur, en el distrito de Pucusana, varios pescadores que habían estado días mar adentro regresaron al muelle tras enterarse de la alerta. Aunque afirmaron no haber notado cambios bruscos en el mar, decidieron no arriesgarse. “Sabemos que el mar puede cambiar en segundos”, dijo uno de ellos. Durante las labores de vigilancia, personal municipal retiró a una familia que intentó ingresar a la playa, reforzando el mensaje de prevención en toda la costa limeña.