Con una vibrante muestra de cultura y patriotismo, se celebró la Gran Parada Cívico-Militar en la avenida Brasil, evento que este año volvió a poner en el centro a las expresiones artísticas del país. A las 10:42 de la mañana, los sonidos del violín, el arpa y las emblemáticas tijeras dieron inicio al desfile, encabezado por los danzantes de tijeras, Patrimonio Cultural de la Nación.
La jornada comenzó tras la llegada de la presidenta Dina Boluarte al estrado oficial. Desde ese momento, la energía y simbolismo de los bailes tradicionales inundaron el ambiente. Niños, jóvenes y adultos de regiones como Ayacucho, Apurímac y Huancavelica demostraron que la herencia cultural sigue viva.
Uno de los momentos más aplaudidos fue la presentación de la marinera, ejecutada por decenas de niños y jóvenes al ritmo del cajón y la guitarra. A este número le siguieron el carnaval ayacuchano y la pandilla moyobambina, que llenaron la avenida de color y alegría. Las expresiones artísticas fueron un claro mensaje de unidad nacional: un país que celebra su diversidad.
El desfile también sirvió para promover el próximo Censo 2025, con delegaciones artísticas que fusionaron coreografía, folclore y civismo. Como es tradición, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú participaron con sus mejores tropas. Desde los operadores especiales del Ejército hasta los aviones MI-17 de la Fuerza Aérea y las unidades femeninas de la PNP, la demostración militar fue impecable y conmovedora, destacando los 60 años de incorporación de mujeres en la institución policial.
TRAS MÁS DE CUATRO HORAS, EL EVENTO TERMINÓ
Uno de los segmentos más impresionantes fue protagonizado por la Farándola, la unidad musical a caballo de la escolta presidencial, que combinó destreza ecuestre con talento musical. Sin embargo, el momento más emotivo del día fue protagonizado por un niño disfrazado de policía del Servicio de Equinoterapia, quien entregó un ramo de rosas a la presidenta Boluarte, en un gesto que arrancó sonrisas y aplausos. Tras 4 horas y 46 minutos de desfile, la Gran Parada Cívico-Militar culminó entre fervor patriótico, expresiones culturales y el cálido reconocimiento del público.