Alberto Carlos Mejía Hernández, un ciudadano venezolano de solo 18 años, es hoy uno de los prófugos más buscados de Sudamérica. Acusado de asesinar a sangre fría a un empresario en Chile el pasado 19 de junio, logró escapar de la justicia tras un insólito error judicial en la identificación de su nombre. Las autoridades internacionales temen que actualmente se encuentre escondido en territorio peruano.
El joven sicario, conocido por su prontuario criminal desde los 16 años, fue detenido junto a otros implicados por el homicidio del empresario conocido como el “Rey del Meiggs”. Sin embargo, al identificarse con el nombre falso de “Osmar Ferrer” y debido a un error de tipeo en su apellido, fue dejado en libertad provisional por la justicia chilena. Para cuando se corrigió el documento con su verdadero nombre, Mejía ya estaba huyendo.
Fuga planificada con apoyo del crimen organizado
De acuerdo con la periodista Marcela Rojas de Radio Biobío, tras su liberación Mejía emprendió una fuga cuidadosamente orquestada: pagó más de 2.600 dólares (unos S/11,000) en transporte desde Santiago hasta la frontera con Perú. Se movilizó en Uber hasta Iquique, luego en bus hasta Arica y, finalmente, en taxi hacia territorio peruano. Todo el trayecto duró menos de 48 horas.
Las autoridades sospechan que el joven habría recibido apoyo de células del Tren de Aragua y Los Gallegos, dos organizaciones criminales transnacionales con fuerte presencia en la frontera entre Chile y Perú. Testimonios recogidos por medios chilenos indican que Mejía podría haber usado rutas ilegales para ingresar al país, burlando los escasos controles migratorios.