Un confuso enfrentamiento entre efectivos de la Policía Nacional ha dejado un saldo trágico que aún genera múltiples interrogantes. El pasado 12 de junio, en el asentamiento humano Eduardo de la Pinella, en San Juan de Lurigancho, el suboficial Paul Galicia Chacón disparó contra un grupo de agentes del Grupo Especial contra el Crimen Organizado (GRECCO), provocando la muerte del suboficial Julio Calderón Díaz y dejando a otros tres agentes heridos.
Galicia ha confesado haber efectuado los disparos. En su testimonio, señala que actuó en defensa propia, asegurando que no sabía que las personas a las que disparaba eran policías, ya que ninguno se identificó ni vestía indumentaria oficial. “Escuché el primer disparo y empecé a disparar a las piernas. Les pido perdón. Nada puede reparar el error que cometí”, declaró el agente entre lágrimas.
Afirmó haber disparado aproximadamente ocho veces, y lamentó la muerte de su colega: “Quizá si él hubiese estado en mi lugar, también se habría defendido”. Sin embargo, versiones contrastantes han salido a la luz. Según el testimonio de uno de los policías heridos, el efectivo Calderón sí gritó “¡Alto, policía!”, aunque reconocen que ninguno de los miembros del grupo GRECCO portaba chalecos antibalas en ese momento.
PIDEN 18 MESES DE PRISIÓN PREVENTIVA
La Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de San Juan de Lurigancho ha solicitado 18 meses de prisión preventiva para Galicia y otros cuatro involucrados, bajo la acusación de homicidio calificado.
