Erick Moreno Hernández, conocido como "El Monstruo", ha pasado de liderar "Los Injertos del Cono Norte" a convertirse en uno de los fugitivos más buscados de Sudamérica. Tras cruzar la frontera peruana en marzo de 2022, este criminal halló refugio en Brasil, donde opera bajo la protección del Primer Comando de la Capital (PCC), una de las organizaciones delictivas más poderosas de la región. Sin embargo, la reciente detención de su madre, Martina Esther Hernández de la Cruz, y su expareja, Liseth Cruz Ruiz, en Bolivia, ha debilitado su red de apoyo, intensificando la cacería liderada por la Policía Nacional del Perú (PNP) y las autoridades brasileñas.
El coronel Cleodo Maciel, director del Servicio de Inteligencia del Estado de Acre, Brasil, reveló que los movimientos de Moreno están meticulosamente coordinados con el respaldo del PCC. Actualmente, se cree que "El Monstruo" se oculta en una favela de São Paulo, un área controlada por bandas criminales, lo que complica su captura. Pese a escapar de un reciente operativo policial en Brasil, las autoridades aseguran que su arresto es inminente, aunque no descartan que intente huir a otro país, evitando Perú, donde su rostro es ampliamente conocido y la presión policial es intensa.
Tensión interna y traiciones en la red criminal
Dentro de "Los Injertos del Cono Norte", dos figuras clave han sido identificadas: Gianpierre Flores Huanuco, alias "Nicolás", quien coordinaba operaciones y definía los cobros de cupos a transportistas en Lima Norte, comunicándose directamente con Moreno; y Claren Bados Neyra, la administradora financiera que incluso viajó a Paraguay para rendirle cuentas en persona. Ambos están recluidos en un penal peruano, pero, según la hipótesis fiscal, continúan dirigiendo actividades ilícitas desde prisión, manteniendo viva la estructura delictiva.
La situación de "El Monstruo" se agrava ante la posibilidad de una traición. En Brasil, se ha autodenominado líder del "Pececito", una facción menor dentro del PCC, lo que podría generar fricciones con la organización que lo protege. Mientras la PNP y la Policía Brasileña estrechan el cerco, con allanamientos y operativos en São Paulo, la presión aumenta. Aunque cuatro sujetos ligados a Moreno también operan desde cárceles peruanas, el debilitamiento de su red familiar y logística sugiere que las horas de este peligroso criminal están contadas.