En la avenida Sol de Naranjal, en San Martín de Porres están invadidas por peligrosas marañas de cables colgando de los postes. Los vecinos, preocupados por el riesgo que representan, han tenido que tomar medidas improvisadas, como atar los tendidos a las rejas de sus viviendas para evitar que se desplomen.
El problema no solo afecta a las avenidas principales, sino también a las calles internas, como en la Asociación de Vivienda El Mirador, donde cajas negras cuelgan a baja altura, amenazando con caer ante un movimiento telúrico.
Pese a que en marzo del año pasado se reglamentó la ley que obliga al retiro de cableado en mal estado o abandonado, el avance ha sido lento. Samuel Saavedra, director de Fiscalización del MTC, informó que hasta la fecha se han retirado unas 200 toneladas de cables en 154 distritos, según el último reporte de marzo de este año.
AÚN NO HAY NORMATIVA
Sin embargo, aún no existe una normativa que obligue a las empresas de telecomunicaciones a instalar cableado subterráneo, como ocurre en otros países. La alternativa aérea sigue siendo tres veces más económica, pero a costa de la seguridad y el ornato urbano.
