La arqueóloga Ruth Shady, reconocida por liderar desde hace más de 30 años la investigación de la civilización Caral —considerada la más antigua de América—, volvió a denunciar públicamente las constantes amenazas de muerte que recibe por parte de traficantes de terrenos que operan en la zona arqueológica. La experta asegura que, pese a los reiterados llamados de alerta, las autoridades peruanas no han tomado acciones concretas para garantizar su seguridad ni la de su equipo.
Tráfico de tierras pone en peligro la investigación en Caral, Patrimonio Mundial de la UNESCO
Según Shady, el incremento del valor de las tierras alrededor del sitio arqueológico ha provocado una ola de invasiones ilegales que ponen en peligro la integridad del patrimonio y de los profesionales que lo protegen. A sus 78 años, la directora del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe denuncia un “abandono institucional” que compromete no solo su seguridad personal, sino también la continuidad de uno de los trabajos científicos más importantes del país.
Los traficantes de terrenos actúan con impunidad, aprovechando la falta de presencia policial y la escasa intervención del Ministerio del Interior y del Poder Ejecutivo. A pesar de las condecoraciones oficiales y los reconocimientos públicos a su labor, Shady acusa a las autoridades de desentenderse del problema de fondo: la protección real del patrimonio cultural y de quienes lo salvaguardan.
“La indiferencia estatal puede terminar en una tragedia”, advirtió Shady. Añadió que ha recurrido a múltiples instancias gubernamentales sin obtener respuestas efectivas. Mientras tanto, el equipo que trabaja en Caral sigue expuesto a agresiones, hostigamientos y posibles atentados. La comunidad científica nacional e internacional ya ha expresado su respaldo, pero exigen acciones inmediatas del Estado peruano.