Miluska Araceli Vargas Zapata, suboficial de la Policía Nacional del Perú, no solo cumple funciones dentro de la institución, sino que también es pareja y conviviente del actual comandante general, Víctor Zanabria Angulo. Su cercanía es pública, pues incluso se le ha visto acompañándolo de la mano en ceremonias oficiales. Sin embargo, el vínculo sentimental ha desatado cuestionamientos por posibles privilegios y uso indebido del cargo.
El inicio del 2025 estuvo marcado por al menos dos viajes oficiales del comandante Zanabria: uno a República Dominicana en enero y otro a Colombia en abril. Curiosamente, en ambas ocasiones, el registro migratorio de Vargas coincide con las fechas de dichos desplazamientos, lo que ha generado sospechas sobre un posible uso de recursos públicos y beneficios personales. El abogado y exsuboficial José Antonio Palacios señaló que no es común que una suboficial viaje al extranjero sin autorización expresa del comando, y menos en reiteradas ocasiones.
Además, se ha cuestionado la asignación de Vargas a labores administrativas en la unidad ejecutora de la Dirandro, lo que no le correspondería por rango ni función. Según Palacios, la suboficial presenta múltiples cambios de colocación que han sido solicitados por transparencia, pero la institución no ha entregado dicha información pese a estar obligada por ley. Este aparente trato preferencial pone en entredicho la imparcialidad y el manejo interno de la Policía Nacional.
EL COMANDANTE Y SU HIJO
La situación recuerda un hecho anterior protagonizado por el hijo del comandante, Jesús Zanabria Valverde, quien fue contratado por el Ministerio del Interior en medio de críticas por presunto conflicto de intereses. Pese a la gravedad del caso actual, el Ministerio del Interior no ha emitido pronunciamiento alguno, y la solicitud de entrevista con el comandante general fue rechazada por razones de agenda. Para muchos, esta falta de transparencia solo alimenta la desconfianza en una institución que exige recuperar credibilidad.
