Mario Vargas Llosa y su otra pasión: el periodismo

Antes de convertirse en el Nobel de Literatura que el mundo admira, Mario Vargas Llosa fue una figura clave en el universo de los medios de comunicación: dueño del micrófono, de la cámara y de la máquina de escribir. Su talento no solo se desplegó en novelas inolvidables, sino también en la radio, el cine, la televisión y la prensa escrita, donde supo contar historias con una claridad y profundidad que luego trasladaría a la ficción.

Fue en marzo de 1952, con apenas 15 años, cuando Vargas Llosa dio sus primeros pasos como periodista en las páginas del diario La Crónica. Allí narró su primera crónica sobre una pelea de cachascán —una experiencia real que más adelante encontraría eco en su obra literaria. Aquel adolescente curioso ya mostraba la sensibilidad narrativa que caracterizaría sus futuros libros.

A lo largo de su carrera, Vargas Llosa mantuvo un vínculo constante con los medios de comunicación. Participó en programas de radio, dirigió y adaptó obras para el cine, y fue rostro de televisión. Su voz se alzó con autoridad en todos los formatos, defendiendo la libertad de expresión y el poder de las ideas. Él mismo afirmó que la clave de una vida plena es dedicarse a lo que a uno realmente le apasiona: “Las personas más desdichadas que he conocido son las que hacen cosas que no les gustan”.

DEJÓ HUELLA EN EL PERIODISMO

Hoy, su legado no solo se lee en libros; también se escucha en grabaciones, se ve en entrevistas y se recuerda en cada medio donde dejó huella. Mario Vargas Llosa no solo transformó la realidad en literatura: hizo de la noticia, una historia digna de novela.