24 Horas Edición Central

19/03/2025

El Agustino: Dueño de pollería 'Camila' llora de impotencia tras extorsión y ataque a sus trabajadoras

El empresario confirmó que recibe amenazas por parte de extorsionadores desde enero y le exigen un pago mensual de 30 mil soles.




El terror y la violencia siguen azotando El Agustino. La noche del martes, la pollería "Camila" se convirtió en el escenario de un brutal ataque perpetrado por un sicario, quien abrió fuego contra dos trabajadoras en pleno servicio.

Ninoska Urdeta, de nacionalidad venezolana, se encontraba caminando hacia la caja registradora cuando fue sorprendida por los disparos. Su compatriota Marilyn Agüero, quien estaba sentada junto a su pequeña hija, también fue alcanzada por las balas. En un acto de frialdad, el sicario regresó al establecimiento y disparó tres veces más contra Ninoska antes de huir a toda velocidad.

Gracias a la rápida intervención del Serenazgo del distrito, ambas mujeres fueron trasladadas de emergencia al hospital Hipólito Unanue. Hasta el cierre de este informe, el estado de salud de Ninoska es crítico debido a los impactos de bala en el pecho y el brazo. Su compañera Marilyn, aunque también herida, logró salir con vida y poner a salvo a su hija de cuatro años, quien milagrosamente resultó ilesa.

"Los Mexicanos" se atribuyen el ataque

Minutos después del atentado, un video circuló entre los comerciantes de la zona. En él, la organización criminal "Los Mexicanos" se adjudicaba el ataque y reiteraba sus amenazas. Según el dueño de la pollería, desde enero ha sido víctima de extorsiones constantes. "Nos piden 30 mil soles. Si no pagamos, nos matan", declaró entre lágrimas.

Vecinos exigen acción de las autoridades

Este nuevo episodio de violencia ha desatado la indignación de los vecinos de El Agustino, quienes denuncian la inacción de las autoridades. "No hacen nada hasta que muere alguien", expresó un comerciante. Cansados del miedo y la impunidad, han advertido que, si la policía no interviene pronto, tomarán la justicia en sus propias manos.

Mientras tanto, la pollería "Camila" ha cerrado sus puertas por temor a nuevos ataques. Los comerciantes de la zona viven con la incertidumbre de convertirse en las próximas víctimas de esta ola de extorsiones que parece no tener fin.


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