El expresidente Pedro Castillo inició una huelga de hambre en el penal de Barbadillo, por lo que le han abierto un proceso sancionador y le han prohibido las visitas. Según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), esta medida de protesta es considerada una falta grave y se han tomado acciones para supervisar su estado de salud. “Nuestro rol es el deber de cuidado, así que tomaremos las medidas necesarias para que su estado de salud no se deteriore”, declaró Javier Llaque, presidente del INPE.
Castillo comunicó su decisión a través de una carta, asegurando que dejaría de ingerir alimentos desde el almuerzo del lunes 10 de marzo. En respuesta, el INPE solicitó que la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Santa Anita verifique su estado de salud. Hasta el momento, médicos del penal han confirmado que se encuentra estable, y se han levantado actas en cada uno de sus horarios de alimentación. Pese a su negativa a comer, el exmandatario fue visto de buen semblante durante una audiencia judicial.
Expertos señalan que esta decisión podría responder a una estrategia legal y mediática. El abogado penalista Luis Lamas Puccio afirmó que Castillo “se aprovecha de la publicidad del proceso y de los medios de comunicación para transmitir un discurso político”. Además, indicó que el exmandatario sigue una estrategia sistemática basada en la victimización, lo que explicaría también su rechazo a los abogados de oficio designados para su defensa.
PROCESO SANCIONADOR
Desde el INPE, se espera que el expresidente recapacite, ya que esta medida podría afectar su régimen penitenciario, el cual le permite recibir tres visitas semanales de hasta cinco personas. Mientras tanto, el proceso sancionador en su contra tomará aproximadamente 15 días, tiempo en el que tendrá derecho a presentar sus argumentos de defensa.