Lima, con más de 11 millones de habitantes, sigue enfrentando graves problemas de conectividad y transporte. Según el arquitecto urbanista Augusto Ortiz de Zevallos, la capital tiene un retraso de un siglo en la creación de una red de transporte integrada. A pesar de que en 1971 se realizaron estudios para un metro subterráneo, este proyecto aún no se ha concretado, manteniendo a la urbe rezagada frente a otras ciudades latinoamericanas como Buenos Aires, que cuentan con subterráneos desde hace más de un siglo.
La falta de un sistema consolidado perpetúa el caos vehicular y fomenta el transporte informal como combis y colectivos, que se convierten en la única alternativa para millones de ciudadanos. En zonas como Villa El Salvador, los pasajeros denuncian la insuficiencia de las actuales rutas del Metro, mientras que en áreas como la Carretera Central, las combis son las únicas opciones. Esta situación afecta particularmente a personas con movilidad reducida, quienes enfrentan enormes barreras para desplazarse.
A pesar de estos problemas, se han proyectado cinco líneas de Metro que buscan sentar las bases para una red de transporte eficiente. Sin embargo, expertos advierten que el desarrollo de estas líneas debe formar parte de un plan integral, ya que el 70 % de los viajes que se realizan en Lima podrían evitarse con una planificación urbana que priorice la proximidad y opciones sostenibles como el uso de bicicletas.
SE NECESITAN PLAN INTEGRADO
La solución requiere superar la falta de coordinación entre las autoridades municipales y nacionales, un problema que genera confusión sobre las competencias de cada entidad. Ejemplos de ciudades como Quito y Guayaquil demuestran que una administración descentralizada e inteligente puede transformar el transporte urbano, ofreciendo un camino claro hacia un futuro más sostenible y organizado para Lima y sus ciudadanos.