Un nuevo escándalo sacude a la Policía Nacional luego de que se revelara que un grupo de agentes, entre ellos un comisario, formarían parte de la organización criminal “Los Cómicos de Apolo”. Estos efectivos, quienes debían estar al servicio de la ciudadanía, realizaban falsos operativos para recibir coimas y cobrar cupos. Este caso ha generado indignación y rechazo entre la población, aumentando la desconfianza hacia la policía.
Carlos Tuse, exdirector de investigaciones de la Inspectoría de la PNP, advirtió que la corrupción en una dependencia policial no solo involucra al líder, sino que puede contaminar a toda la unidad. Según Tuse, si un comisario da órdenes para delinquir, es probable que otros agentes sigan el mismo camino, lo que pone en riesgo la integridad de todo el cuerpo policial.
La corrupción, lamentablemente, no es un caso aislado en la Policía Nacional: solo en el 2023, más de mil oficiales fueron retirados por faltas disciplinarias, y se estima que esta cifra podría triplicarse en el futuro. A lo largo de los años, han salido a la luz numerosos casos de corrupción policial, algunos de ellos con gran notoriedad, como el de Yojairo Arancibia Sevillano y su hermano, quienes estuvieron involucrados en una red criminal liderada por Erick Moreno Hernández, alias “El Monstruo”.
“YOJAIRO” TAMBIÉN FUE POLICÍA
Miguel Ángel Arancibia, policía activo, fue arrestado en Comas por estar al servicio de esta red, mientras que Yojairo, también exagente, sigue prófugo. Para Tuse, la legislación actual, especialmente la Ley 30714, permite largos procesos administrativos de apelación que pueden extenderse de dos a cuatro años, tiempo durante el cual los agentes investigados continúan en sus puestos.