El delito de extorsión ha agravado la crisis de seguridad en el Perú, afectando no solo al gremio de transporte y a los pequeños negocios, sino también impulsando el uso de granadas de guerra por parte de las bandas criminales. Estos artefactos letales, que parecen ser cada vez más accesibles para los delincuentes, se han convertido en una herramienta común para sembrar terror y violencia.
El general Enrique Felipe Monrroy, jefe de la Región Policial Lima, señaló que en varias intervenciones recientes se ha descubierto la utilización de granadas en ataques extorsivos. “El día de ayer desarticulamos una banda en el norte chico con dos granadas y mensajes extorsivos. Atacaban minivans que salían hacia esa zona”, comentó Monrroy en diálogo con Panamericana Televisión.
Entre el 1 de enero y el 11 de octubre, la Región Policial Lima ha incautado 42 granadas en 115 operaciones policiales, una cifra alarmante que refleja el creciente acceso de los criminales a este tipo de armamento. El uso de granadas ha generado pánico en distintos puntos del país. Este viernes, pacientes del hospital Hipólito Unanue vivieron momentos de angustia tras el hallazgo de dos granadas en el recinto.
OTRA GRANADA DESACTIVADA
Ese mismo día, una granada fue desactivada cerca de la sede de la Dirincri, en la avenida España. La trazabilidad de estas armas es vital para identificar su procedencia y detener su circulación en el mercado negro. La Policía Nacional, en conjunto con la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil, trabaja para rastrear el origen de estos artefactos.
