El Congreso actual se encuentra en el ojo de la tormenta, enfrentando críticas por labor parlamentaria de manera remota. Entre los principales problemas destaca la notable ausencia en las comisiones de trabajo.
Una en especial que ha llamado la atención es la Comisión de Ética, donde las sillas lucen vacías. Además, algunos debates en el pleno del Congreso apenas superan los 10 minutos, generando cuestionamientos sobre la eficacia y la profundidad de las discusiones en reformas de ley.
El congresista García Belaunde argumenta que las tareas fundamentales de legislar, fiscalizar y representar se vuelven difíciles bajo el teletrabajo, abogando para eliminar esta modalidad en el Congreso de la República.
Para el exoficial mayor del Congreso, José Cevasco, el trabajo remoto no puede retirarse por completo, pero sí deben replantearse las condiciones en las que se lleva a cabo, como, por ejemplo, estableciendo límites a los congresistas a la hora de legislar.
CASOS CONTROVERSIALES
El trabajo remoro ha tenido muchos casos controversiales de congresistas legislando desde lugares inusuales, como piscinas y playas. Algunos han protagonizado momentos embarazosos al olvidar apagar sus micrófonos, revelando insultos e incluso comentarios sexistas sobre sus colegas parlamentarias.
Cambiar la cara del Congreso, recae bajo responsabilidad del actual presidente del Congreso, Alejandro Soto. Su decisión determinará si el Poder Legislativo logra retomar la confianza con los electores y poner fin a episodios para el olvido como los mencionados anteriormente.