Durante 10 años decenas de familias han vivido una pesadilla, la odisea de verse obligados a respirar polvillo, un material tóxico que sale de tres locales que fabrican lápidas en San Juan de Miraflores.
Las viviendas aledañas a los locales lucen cubiertas de polvo blanco, cualquiera que viera estas viviendas creería que estuviera deshabitada.
Los trabajadores y dueños de estas marmolerías no solo se ha apoderado de la tranquilidad de los vecinos sino también de la vía pública con instalaciones clandestinas.
Un equipo de Panamericana Televisión conversó con el dueño de uno de los establecimientos, quien se comprometió a dejar limpio la zona.
Aparentemente la municipalidad brilla por su ausencia al no escuchar las constantes quejas de los vecinos, quienes piden cerrar las fábricas de lápidas que ha sido su tormento durante 10 años.
