El derrame de petróleo ocasionado por la empresa Repsol en las playas de Ventanilla no solo afectó a los residentes y pescadores de la zona, ahora también quienes se ven perjudicados son los vendedores de pescados en diferentes mercados de la capital, ya que la demanda de este alimento cayó.
La población cree que todo el pescado que se oferta se encuentra contaminado, sin embargo, los comerciantes explicaron que no sería así, ya que las pesca que ellos realizan la hacen en altamar.
Ante la poca demanda, los precios de los pescados como el bonito o lenguado se redujo. Quienes se animan a comprar piden a la ciudadanía que no tengan temor, ya que no todos los pescados vienen de la zona afectada.
Los comerciantes esperan que esta situación cambie en los próximos días. Ellos anunciaron que, seguirán vendiendo sus productos y al mismo tiempo informando a sus clientes del origen de sus pescados.