Realizamos un recorrido en las playas limeñas, y pudimos observar poco control por parte de la autoridad y personas que, a pesar de conocer las normas establecidas, aún les cuesta acatarlas.
En la playa Makaha de Miraflores fueron pocos los veraneantes que llegaron, pero muchos de ellos se olvidaron de los protocolos y las normas aplicadas por el gobierno y consumieron alimentos.
Una práctica que en tiempo de pandemia es una completa irresponsabilidad, y no podían faltar algunos vendedores de golosinas y helados dentro de la playa a pesar de estar prohibido consumir alimento, el mismo caso de estos jóvenes que olvidaron la norma. Similar situación en la playa chorrillana de Agua Dulce, pero aquí sí fueron incautados.
Como se recuerda, para acudir a esta playa se necesita hacer una reserva previa, cada solicitud es hasta de 4 personas para ocupar un box, pero en este caso habían 8 personas en un solo cubículo.
