La historia de la llegada de vacunas rusas importadas por la Asociación de Transporte Interprovincial de Ómnibus tiene una trama oculta y aparentemente llena de presuntas irregularidades.
La protagonista de esta historia es la droguería GP Pharmax que aseguró al empresario Luis Miguel Ciccia que podía venderle un lote 80 mil dosis de la vacuna Sputnik V. De hecho, el empresario asegura que ya las compró y que en cuatro días sabrá cuándo llegan al Perú.
Sin embargo, GP Pharmax no tiene autorización para comercializar las vacunas rusas en Perú y habría utilizado documentos con información inexacta para convencer a sus posibles clientes.