Joven que decidió ser parte de los 4500 voluntarios de la unidad de ensayos clínicos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, entregó su vida para el experimento de la vacuna de Sinopharm y hoy lucha por su vida.
Su padre, que también participó de otro ensayo clínico, aseguró que les ofrecieron monitoreo permanente y atención preferencial si se contagiaban, sin embargo, cuando la salud de Marco Bossio empeoró, se perdió contacto con el equipo a cargo de la investigación.
Asimismo, el joven se encuentra internado, en la Villa Mongrut, en San Miguel y su estado de salud es bastante delicado. Lamentablemente su hermano, también se contagió.