Las cajas de los 18 repartidores de las empresas de delivery de Rappi y Glovo que dieron positivos a la COVID-19 fueron confiscadas por la Municipalidad de Miraflores, comuna que espera que ambas empresas se hagan cargo de sus motorizados.
De acuerdo al gerente de desarrollo humano de Miraflores, si se tratara de una empresa del distrito ellos garantizarían el aislamiento correspondiente de los trabajadores, pero al tratarse de empresa externas ellos seguirán repartiendo alimentos porque no hay empresa que los pueda controlar. “Ese es el llamado de atención que queremos hacer, que se debe regular el servicio de entrega por delivery por aplicativo que es un vacío legal y es un peligro para la salud pública”, detalló.
Por su parte, la empresa Rappi a través de un comunicado aseguró que cumplen los requisitos sanitarios exigidos por el Ministerio de Salud y aclaran que el “protocolo expedido por el Gobierno Nacional no contempla la toma de pruebas a repartidores”. Sin embargo, un repartidor asegura que estarían cubiertos por un seguro de salud en el caso se contagien de la COVID-19.