Aguas cristalinas, vegetación en la ribera y aves que posan y recorren las aguas del río Hablador es el panorama del río Rímac en Lima durante el día 36 del estado de emergencia nacional en nuestro país. La minería en los Andes que provocaba los relaves mineros y el arrojo excesivo de desechos sólidos por parte de ciudadanos con poca conciencia ambiental, ocasionaban hasta 900 puntos de contaminación en los 204 kilómetros de extensión del río Rímac. Hoy la imagen es diferente, las aguas del río hablador lucen limpias.
Según la Gerente de operación y distribución de Sedapal, Yolanda Andía Cárdenas, la contaminación fisicoquímica que tiene el Río Rímac es tan marcada que todavía no se pueden apreciar peces, pero si las personas dejaran de arrojar sus desechos y residuos durante 2 años se podría empezar a notar grandes cambios. "Esperemos que esto se mantenga como una buena cultura y de parte de los gobiernos regionales y locales se distribuyan los elementos para recoger sus basuras#, señaló.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental, indicó que la contaminación del río Rímac es un problema de hace más de 100 años y es resultado de continuas descargas residuales que provienen de diversas empresas mineras e industriales, así como también de pobladores que arrojan todo tipo de residuos y vierten aguas servidas de manera directa al río.