El ciudadano venezolano identificado como José Torres Navarro falleció tras ser aplastado por un ascensor de la empresa textil donde trabajaba ubicada en San Juan de Lurigancho. Tras varios horas sin saber de él, los familiares contaron que la empresa evitaba dar la cara. Es más, el sobrino denunció que su tío fallecido era explotado en dicha compañía.
"Lo que ganaba semanal era 220 soles por un horario de trabajo de más de 13 horas, él cargaba mercadería, cosía, trabajaba la textilería", relató a Panamericana Televisión.
En tanto, la esposa del obrero venezolano tiene un embarazo de siete meses. Esta familia pide justicia y señalan que los culpables asuman su responsabilidad.
Sunafil realizó una inspección en la fábrica y la clausuró temporalmente. Además trascendió que operaba en la clandestinidad.