El último derrumbe acontecido en los acantilados del circuito de playas de la Costa Verde, generó alarma entre la población y las autoridades capitalinas.
Sin embargo, lo que preocupa aún más es lo que ocurriría con las edificaciones cercanas en caso ocurriera un sismo de gran magnitud o un tsunami en la ciudad de Lima, debido al peso que estas generan.
“Se dice que los edificios que se han construido implican tres millones y medio de toneladas adicionales de carga sobre el peso de la tierra. Todo esto trata de empujar hacia el vacío”, señaló el ingeniero Raúl Delgado.
Aunque las autoridades han dispuesto que se respete una franja intangible de hasta 120 metros para evitar más construcciones al ras de esta formación natural y la colocación de geomallas, según el especialista, estas medidas no son la solución absoluta al problema.
“En las condiciones en las que se encuentra actualmente el acantilado podría ser un muro para reducir el impacto de un tsunami. Si no hacemos un refuerzo integral en el acantilado va a colapsar”, sostuvo.
Este muro deberá estar ubicado en la parte inferior, con una altura aproximada de 18 metros, el cual debe ir anclado con tirantes de 100 toneladas para aguantar el impacto de un desastre natural.
Las modificaciones que reforzarían los cerca de 18 kilómetros de acantilado que conforman la Costa Verde, tendrían un costo que ascendería a los 360 millones de dólares.